Según cómo realicen la combustión existen diferentes tipos de calderas. En el caso de las calderas de gas, utilizan el gas natural, propano o butano para calentar el agua. Esta agua puede que se utilice solo para calefacción, o puede formar parte del circuito de un suelo radiante, por ejemplo.
Claves para elegir una caldera
A la hora de elegir una caldera, es conveniente conocer todos los pormenores sobre su rendimiento, eficiencia energética y potencia. Para medir el rendimiento hay un factor conocido como PCS, que es el poder calorífico superior que si lo analizamos nos dará como resultado que las calderas de condensación son las más eficientes.
Por otra parte, es conveniente que nos fijemos en la etiqueta energética de la caldera. En dicha etiqueta, la caldera que muestre una eficiencia (A) es la más eficiente. En la etiqueta también aparece información relativa a la cantidad de agua que puede calentar la caldera. En función de las necesidades del usuario va desde la letra S (menor cantidad), hasta la XL.
Por último, en cuanto a la potencia que utiliza la caldera para funcionar, la información la encontraremos también en la etiqueta energética. Dicha potencia aparece en Kw, y para saber que potencia necesitamos, debemos saber que se necesitará más potencia para calentar agua para sanitarios que para calefacción. Pero veamos los diferentes tipos de calderas y su utilización.
Qué tipos de calderas existen en el mercado
Como ya apuntábamos al principio de este artículo, la diferencia entre los tipos de calderas se fundamenta en la forma en la que se realiza la combustión, y en cómo salen los gases al exterior. Teniendo en cuenta esto, podemos encontrar los siguientes tipos de calderas, aunque en la actualidad la normativa sólo permite la instalación de las nuevas calderas de condensación.
Calderas atmosféricas
Son las más sencillas en su funcionamiento, obtienen el oxígeno para la combustión del lugar donde están instaladas y lo lanzan al exterior. Debido a que la cámara de combustión no está aislada, este tipo de calderas están prohibidas desde el 1 de enero del 2010. Esto no quiere decir que sean peligrosas, sino que las calderas estancas son más seguras.
Calderas estancas
La combustión se lleva a cabo en una cámara cerrada herméticamente, mientras que lanzan el oxígeno al exterior mediante un ventilador. Este tipo de calderas son más seguras y eficientes que las anteriores.
Una de las ventajas que presenta este tipo de calderas es que son más seguras y limpias. La cámara de combustión está sellada por lo que los gases no tienen acceso al lugar donde está instalada la caldera. Para lugar con viento o lluvias frecuentes son perfectas puesto que no les afecta en su funcionamiento.
Calderas de baja emisión
Iguales a las calderas estancas en su funcionamiento, se diferencian por gastar menos combustible. También hay que destacar que son menos contaminantes. En este sentido, las calderas de baja emisión o bajo NOx presentas mayores ventajas en comparación con las otras. Este tipo de calderas no necesitan una instalación específica de desagüe para condensados. Esto las hace ideales para lugares donde es complicado, o no se pueden realizar obras. Por otra parte, al carecer de esta necesidad, su instalación es más sencilla y económica. A esto hay que sumarle que son más baratas que las calderas de condensación, aunque su rendimiento también es menor.
Calderas de condensación
Este tipo de calderas recuperan el calor de la condensación por lo que resultan más eficientes. Además, el gas se quema a menor temperatura, por lo que tiene un rendimiento que supera el 100%. También hay que decir que son las menos contaminantes.